martes, 5 de noviembre de 2013

DESCOMPOSICIÓN

En el  fondo de la imagen el detalle mas oscuro. Contenido latente. Alerta. Temor, reminiscencia de la desintegración final, del abismo. Temor a la oscuridad enciende fuegos y forma círculos. Estamos aquí y no vemos mas allá de la luz. Aullan animales. Viento. Pequeños sonidos en las sombras cercanas. Nada sabemos fuera del círculo. Pequeño cerebro de reptil inyecta el temor en el cuerpo. Escalofríos y erección de los vellos del cuerpo.

Hablamos sin detenernos un instante frente a esa botella que se vacía. Hay un cielo que aun es negro en un rincón de la mañana en progreso. Los paraísos artificiales en un mundo artificial suenan a redundancia entre voces deformadas. La belleza es un instante que la ola del tiempo acaba llevándonos lejos mientras intentamos perpetuarla. La ilusión reforzada por palabras, el fuego que se extingue, el miedo que se esconde en los fluidos del cuerpo intoxicado. La huella de un pasado sin pensamientos habla en el silencio. Caemos rendidos en el piso húmedo. Los latidos nos anclan aun a la vida. Perderemos el rumbo tratando de encontrarlo.

El destello del sol golpea en la cabeza. Dejamos que se desvanezca el dolor. Limpiamos nuestras conciencias tres días después. El cuerpo solo explica lo que nunca escucharemos. Seremos felices cuando creamos que todo es real, que el cuento comienza con "había una vez". Las balas no dañan nuestra mas soberbia elucubración de un mundo nuevo. Expiamos nuestras demencias en el altar de las ideas profundas. Podríamos abolir el potencial y seguir atados a el. Escapamos a un dios popular o huimos hacia la austeridad que nos da la fantasía de ser diferentes del mundo en el mundo.

Nos inmolamos con la mente. Una estrella guía la destrucción. O eso nos quieren hacer creer. El monstruo es cada vez mas irreal y mortífero. Cuando su sed supere los límites, ya no podremos verlo autofagocitarse. Al menos habremos logrado nuestro objetivo, inconsciente: volver a ser descomposición. Como eramos en el principio.