domingo, 23 de junio de 2013

VOS NO SOS QUIÉN


La trama era sencilla: dos hombre buscan su destino y el espacio en donde transcurre es Alemania del siglo 17. Pará, me estás mintiendo. Por qué decís eso. Primero Alemania no existe en esa época. Siempre existió. Siempre me parece un montón de tiempo, necesitás leer un poco más, mirá, la cosa es sencilla... no, dejá ya entendí; algún día sabre los detalles; pero hablábamos de otro tema. Si, seguime contando; pero hasta acá, una obvidedad. No te adelantés, que recién voy por el principio del argumento; resulta que eran gays... Uh, bueno... qué uh bueno, ahora me vas a decir que los putos no existían en ese momento. No seas tarado, los homosexuales existen desde que el hombre tuvo culo. Entonces, cuál es el problema. Que la película me parece una mierda, de entrada te lo digo. Ufa, loco, si no es de Herzog, vos nada. Y qué si me gusta Herzog. Que te ponés en talibán cinéfilo y no podés disfrutar una película pedorra un domingo a la tarde por Fox. Y eso es un Pecado. No, pecado es escribir Talibán en un blog de un país en desarrollo. Periférico. Ponele, pero no me mirés con esa cara de tortuga violada, tengo razón en lo que digo.  La razón es un fundamento arcaico. ¿?. Si, o qué, me vas a decir que el racionalismo es una corriente filosófica posmoderna? So boring... El aburrimiento es un invento de la sociedad de consumo. Me estás consumiendo la cabeza; che, fijate ese tipo que esta ahí. Dónde. Del otro lado de la pantalla. Si, qué tiene. Que no se lo que está haciendo, mira la pantalla y se ve que mueve las manos o los dedos en algo oscuro con manchitas blancas. Esas manchitas se llaman letras y lo que hace es escribir lo que estamos diciendo. Cómo,  no somos los que decidimos que decir, qué nos somos libres, qué somos marionetas de un ser que nos da vida por medio de escribir en una página que luego se publicará en un blog? A grandes razgos, sí; además no existe la libertad, solo es una sensación interna que perseguimos como desesperados hasta el final de nuestra corta e insignificante vida. Pará ahí, me estás derribando una a una mis seguridades, no podés hacerme esto, voy a perder mi conexión con la realidad. Qué realidad;  la realidad es una construcción social que se autorrealiza por nuestra intervención, reproduciendo día tras día, como si fuera un loop, una serie de actividades que creemos elegir; qué hacés. Me estoy arrancando la peluca y en rato me voy a sacar la mascara de mi mismo, que no se quien carajo es al final... Quién qué. Yo... Qué, yo... No yo... Pero, vos no sos Quién. No se...